Respetarse a uno mismo es atender y satisfacer las propias necesidades y valores y expresar y manejar de forma conveniente sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse.
Aunque esta habilidad resulta básica para nuestro bienestar, a menudo vivimos dándole la espalda. Muchas personas guían su conducta según lo que los demás esperan de ellas, sin pararse a pensar en lo que ellas realmente necesitan.
Como ocurre con el respeto hacia los demás, el auto-respeto no es algo estático que se tiene o no se tiene, sino más bien se trata de una habilidad que podemos cultivar a lo largo de nuestras vidas.
El primer paso es observarte y preguntarte si estás viviendo tu vida como realmente deseas, si tienes en cuenta tus necesidades a la hora de decidir cómo manejar tus asuntos y si actúas según tus propios valores en tu día a día.
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