martes, 7 de mayo de 2013

Respeto a la diversidad

En esta sociedad cada día más compleja y más plural, en donde se mezclan personas de diferentes culturas, ideologías, religiones o, simplemente, formas de vestir, no nos es permitido transmitirle al niño la imagen de una sociedad estática y uniforme que tuvimos en nuestra infancia.
El respeto a la diversidad es enriquecedor para quien lo mira con esta mirada atenta a la que quiero hacer referencia. En este nuevo contexto social, el respeto deviene la norma fundamental de convivencia de las sociedades pluriculturales.
Se trata de fomentar en nuestros jóvenes una actitud de admiración hacia una persona, una cosa o una situación determinada porque la consideramos digna y merecedora de esta contemplación. Desde bien pequeño, el niño tiene que aprender a respetar lo frágil, lo bello –y no solo belleza exterior, sino también la interior–, lo misterioso, lo sagrado…
Asimismo, el repeto comienza por el respeto a uno mismo (en el cuidado de su propio cuerpo y espíritu), y continua con la aptitud de respeto en la manera como uno mira atentamente a los otros. Es en la familia donde debemos aprender, en primer lugar, a mirarnos todos con respeto. Y de la familia, a la sociedad, con el fin de hacernos más humanos, como también ciudadanos activos de una sociedad compleja. La educación tiene como finalidad proporcionar aprendizajes amplios, profundos, perdurables y con sentido.

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